De la última aventura de James Bond se pueden decir dos cosas: es larga, muy larga (dura casi 2 horas y media), y está magníficamente bien filmada.
«007 OPERACIÓN SKYFALL» comienza en Estambul, en una secuencia que incluye muertos, balazos y persecuciones con el mismísimo Bond a la cabeza, junto a la primera de las chicas del filme, Eve (Naomie Harris). Y un cierre impresionante…
¿Qué nos depara? Unas extasiantes imágenes de Shanghai como escenario para desplegar lo mejor de 007 y unas bellísimas escenas en el lujoso entorno de Macao, con un casino digno del agente secreto de Su Majestad. Y allí, una chica Bond que merece estar al menos entre las top de la colección: la francesa Bérénice Marlohe como Sévérine.
El malo de turno aparece bastante avanzado el metraje, en manos de un Javier Bardem teñido de rubio y algo amanerado.
Los guiños de humor se agradecen mucho.
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