LA VIDA SECRETA DE TUS MASCOTAS (PETS): ¡DISFRÚTELA!

Si usted es animalista —furioso o compasivo—, si tiene una mascota o varias, si ama a los animales ¡bien!
Pero le quiero decir que nada de ello es requisito sine qua non para divertirse a morir con La Vida Secreta de las Mascotas ( Pets ).
Porque la película (hecha por los mismos estudios que dieron vida a Los Minions ) es una muy jocosa comedia, de ritmo eléctrico, que reúne a un grupo de “personajes” encantadores, singulares, algunos muy divertidos, y de muy diferente “carácter” en pleno Manhattan.
(Sí. Si conoce a los animales, captará muuuchos detalles reconocibles que lo harán reír más que a cualquiera).
Como lo anuncia su título, el relato está armado desde el punto de vista de los animales e imagina qué hacen y qué ocurre con ellos una vez que sus respectivos amos cierran la puerta del departamento por fuera.
Y aunque esto es una gran comunidad, con perros, gatos, de diferentes razas, tamaños y “personalidades”, pequeños y grandes pájaros, un conejillo de indias siempre perdido, el hilo del relato sigue a Max.
Se trata de un terrier alegre y amistoso que adora a su dueña, Katie y, como todos, espera ansioso todas las tardes a que regrese del trabajo. Un día, su ama se aparece con otro perro, Duke, un mestizo grandote para sumar a “la familia”.
¡Lo peor que le podría pasar a Max!
O eso es lo que cree.
Porque por armar rosca, Max y Duke terminan en las “peligrosas” calles, perseguidos por la perrera y cayendo en la temible cofradía de los “despechados del inframundo”.
Lo más graciosos de la película son cada uno de los personajes-mascotas que van apareciendo —el gato glotón, el perro elegante que cambia a Vivaldi por los Beastie Boys, el conocedor de los bajos fondos—, los animales del inframundo y las muchas líneas de diálogos (y ciertas imágenes) que aluden a reconocibles iconos del cine y la cultura pop.
Visualmente la película está muy bien lograda. Los diseñadores de Illumination Studios consiguen crear cuerpos muy diferentes; pelajes, pelos, plumas; y luego imprimirles el movimiento y la cadencia adecuados a cada cual.
La banda sonora tiene nada menos que a Alexander Desplat en los créditos a lo que se suman temas de Taylor Swift, los Beastie Boys y hasta se escucha por ahí “Stayin alive” e incluso Vivaldi que, en contexto, contribuyen a crear cómicas escenas.
No espere la riqueza dramática de Toy Story, ni las profundidades emotivas de Intensamente. Esta es una comedia por momentos disparatada, aguda en otros, a cuyo encanto es imposible resistirse.