ABZURDAH: ¡ES ANOREXIA, NO ATRACCIÓN FATAL!

Cuesta comprender cómo un problema tan devastador, urgente y relevante como es la anorexia sea abordado en una película ¡autobiográfica! (basada en un libro de 2006) como si se tratara de la versión siglo XXI de «Atracción fatal».
Es lo que ocurre con «Abzurdah», el drama argentino que relata en primera persona la historia de Cielo Lattini, una chica de clase acomodada, que a sus 17 años es tan problemática y caprichosa como muchos adolescentes en el mundo.
Aunque logra armar un grupo de amigas tras cambiarse de colegio, lo suyo son los salones de chateo. Cuando los participantes del chat deciden dejar lo virtual y armar un encuentro en una pizzería, ella ya está enamorada de Alejo.
El fuego no tarda en encenderse: él es un joven 10 años mayor que vive en Avellaneda. A escondidas de sus padres -y al ritmo de «Trátame suavemente» de Soda Stereo- la historia amorosa sigue todos los pasos como para una chica inexperta e impulsiva se enamore perdidamente. Alejo es más ambiguo y cauto -y en eso nunca la engaña-, lo que convierte el romance en una tóxica relación tormentosa (la clásica en que uno/a está más «enganchado/a» que otro/a).
Cuando él pone distancia, la chica (¡bellísima Eugenia «China» Suárez!) comienza a perseguirlo obsesivamente. Alejo, casi en una actitud práctica, se deshace de ella sin muchas contemplaciones, aunque ello implique formas crueles de maltrato (como negarse a abrirle la puerta de su departamento una noche de lluvia inclemente).
Visto desde su perspectiva, él se está deshaciendo de «una loca».
Cielo ya ha comenzado una espiral autodestructiva sin freno, que culmina en la anorexia y sus conductas adlateres, como autoinfringirse heridas en distintas partes del cuerpo, engañar a sus seres queridos, escabullirse.
Los padres, atentos y cálidos, están alertas pero no hay nadie más eficiente que una anoréxica para ocultar lo que se está haciendo a sí misma.
Por aquí va el punto que desperdicia la película. Tanto la promoción como el punto de vista con que se plantea la historia enfatizan la enfermiza relación amorosa de Cielo y Alejo como la causante de los trastornos emocionales de la chica. No hay que haber estudiado sicología para darse cuenta que causa y efecto funcionan exactamente al revés.
Ello desvía el foco de lo más valioso que pudo entregar esta historia, un viaje a ese terrible, doloroso y devastador mundo de la anorexia, un muy complejo trastorno sicológico que aquí llega como un elemento más de una trágica historia de amor.
(Dato para «teatreros»: el padre de la chica es interpretado por el reputado dramaturgo, director y actor Rafael Spregelburd).
IDEAL PARA: Padres de adolescentes.