AMOR Y AMISTADES (LOVE & FRIENDSHIP ): EXQUISITA COMEDIA EN CLAVE JANE AUSTEN

Seductora, fina, intrigante, bella, encantadoramente fría y astuta como nadie, Lady Susan Vernon es uno de los más fascinantes personajes con que uno tendrá el gusto de toparse alguna vez en el celuloide.
Esta viuda alegre, que mueve los hilos sin fallar puntada, es la protagonista de Amor y Amistades ( Love & Friendship ) y surgió de la pluma de una muy joven Jane Austen. Se trata de una novela (editada póstumamente con otro nombre) que reúne tres cuadernos que la autora de Sensatez y sentimientos comenzó a escribir cuando aún no cumplía los 14 años.
Basándose en estos textos, el director y guionista neoyorkino Whit Stillman dio vida a esta chispeante y vertiginosa comedia de enredos, construida a base de esos diálogos oblicuos que no tienen desperdicio y que en este caso se suceden de una escena a otra.
La película irrumpe cuando Lady Susan (¡magistral Kate Beckinsale!) está abandonando algo precipitadamente la residencia de sus anfitriones, Lord y Lady Manwaring, tras haber flechado al primero y dejado con pataleta a la segunda.
Es 1790. El escándalo ha llegado a Londres y sus alrededores, cosa que no hace la menor mella en nuestra protagonista, quien, con dulzura, su mejor cara de “yo no fui” y su endiablado manejo del lenguaje dará una mañosa versión de los hechos.
Su confidente es Alicia Johnson (Chloë Savigny), que “para ser norteamericana no es tan vulgar”, como la propia Susan asevera. Mr. Johnson (Stephen Fry), advertido por carta por Lady Manwaring de las trastadas de Lady Vernon, le ha prohibido a Alicia reunirse con su amiga, so pena de devolverla a su patria. “¡Pero te van a arrancar la cabellera!”, se limita a exclamar Susan cuando Alicia se lo cuenta.
Lady Susan, quien ha enviado a su joven hija Federica interna a un colegio, llega a instalarse al castillo de su cuñado Charles Vernon y su mujer Catherine, en Churchill. Sus planes son casar a Federica con Sir James Martin (Tom Bennett), un sujeto de tan pocas luces que llega a arrancar carcajadas.
Entretanto, Reginald, el joven y encantador hermano de Catherine, heredero de la familia, se aparece por Churchill y, para terror de los dueños de casa, es rotundamente seducido por Susan.
Pronto irrumpirá Federica, quien ha decidido escaparse del colegio a donde ha sido enviada. “Ah, los hijos: criamos a nuestro críticos más agudos”, suspirará con rostro angelical la madre en cuestión.

DESENFADADA, ÁGIL Y GRACIOSA

Al final de cuentas, como en todas las novelas de Jane Austen, Susan es una mujer que -sistema de mayorazgo mediante- debe encontrar a alguien que la mantenga (a ella y/o a su hija).
Solo que si en sus otras protagonistas todo es dignidad —Elizabeth (Keira Knightley, Orgullo y prejuicio)—, resignación —Elinor (Emma Thompson, Sensatez y sentimientos)— y suspiros, en Susan el asunto es algo así como una divertida partida de ajedrez sobre la que va sobre seguro o una entretenida tarde de caza donde ella es la elegante depredadora.
Aquí, Austen se muestra más desenfadada y graciosa que romántica.

Stillman, en un humor alineado con el que propone la autora, no desperdicia metraje en montar escenas para dar a conocer a sus personajes secundarios: los pone en pantalla con sus nombres y uno o dos datos o características que los define (lo que puede ser una simple palabra, como “guapo”, junto al actor posando con la actitud de tal). Otro tanto hace con palacetes, castillos y mansiones.
El resultado es una película ágil, inteligente y divertida, de 1 hora y media, que uno se repetiría enseguida por puro gusto.

Amor y amistades es como un destilado de los mejores momentos que nos brindara la condesa viuda Violet Crawley (Maggie Smith) en Downton Abbey.

¡No se pierda el placer de verla!