«ANTES DEL FRÍO INVIERNO»: CRISIS MATRIMONIAL «BOURGEOIS»

Lucie (Kristin Scott Thomas) tiene la vida perfecta. Vive en las afueras de París en una gran y bella casa de cristal y madera, rodeada por un bosque y unos jardines bien cuidados (¡yo quiero vivir ahí!). Todo muy buen gusto.
Su marido, Paul (Auteuil) un hombre mayor que ella, es un exitoso neurocirujano (vamos, con esa especialidad, por ahí va la plata).
La familia -el hijo de él, su nuera y su nieta- y sus amigos suelen almorzar en el gran espacio que brinda los metros cuadrados de terreno.
De una extraña manera entra a la vida de Paul una bella muchacha de origen marroquí, Lou, que aparentemente empieza a acosarlo. Al principio molesto y luego por curiosidad, Paul comienza a buscar a la muchacha.
Lucie, que a decir verdad, siempre tiene aspecto de aburrida, no tiene demasiadas preocupaciones. Sí, su hermana Mathilde, una depresiva severa, entra y sale del hospital. Y su yerno y nuera parecen tener algunas dificultades. Nada que, en todo caso, roce su mundo impoluto.
Hasta que empieza a sospechar de Paul.
Al contrario de la estremecedora y potente «Hace mucho que te quiero», del mismo director y guionista, también protagonizada por Scott Thomas, «Antes del frío invierno» carece del mínimo nervio y empatía. Tampoco tiene un norte claro. ¿La crisis de un matrimonio estilo él-muy- ocupada, ella-dueña-de-casa-desocupada? ¿Crisis por rutina, por falta de comunicación, porque apareció una tentación por ahí?
Los conflictos del matrimonio joven y ni qué decir el forzado giro que se da a la historia de Lou parecen un agregado con el que no se logra levantar una historia donde abundan los bonitos paisajes, los bellos exteriores, pero que es finalmente muy desabrida.

IDEAL PARA: aficionado/as a la decoración.