“ATAQUE A LA CASA BLANCA»

Tiene todos los elementos de ese sub-subgénero en que se ha convertido la saga de “Duro de matar”: Un antihéroe outsider y/o necesitado de reivindicación, pero con la lealtad a la bandera grabada a fuego; un general tozudo y torpe encargado de estropear los planes en el momento más tenso de la película; un grupo de terroristas avezados, decididos y eficientes que amenazan la vida del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (dígalo con acento inspirado) y del ¡mundo mundial!
Es decir, “ATAQUE A LA CASA BLANCA” puede ser acusada de convencional y “formulera”, pero nunca de aburrida. Uno se pasa las dos horas concentradísima/o viendo cómo se suceden la acción, los ataques, las extorsiones, las carreras de acá para allá y exclamando “¡¡oh!!” cuando se entera que Kang (el líder terrorista) quiere el código Cerberus (¿qué diablos es eso? Uno no lo sabe pero le importa ¡muchísimo!). Y siendo testigo de cómo se las arregla Mike Banning (Gerard Butler), un ex escolta del Presidente Benjamin Asher (Aaron Eckhart) para ir reduciendo uno a uno a los terroristas encapuchados que se han tomado la Casa Blanca.
Es esa clase de películas que uno agradece encontrársela en el cable una tarde aburrida y fría de domingo. No se achaque con el epílogo porque son sólo unos pocos minutos desafortunados (al borde de lo repugnante, es verdad) dentro de un mar de diversión sin pausa.