(«Paper towns»)
Reparto: Nat Wolff, Cara Delevingne, Austin Abrams.
Dirección: Jake Schreier.
EE.UU., 2015.
Duración: 109 minutos.
REGULAR. ALGO ABURRIDA.
Basada en el libro del súper ventas John Green -mismo de «Bajo la misma estrella», también llevada al cine- «Ciudades de papel» vuelve a tocar esa tecla que tan buenos resultados le ha dado a su autor: las penas y alegrías juveniles.
Mucho menos melodramática que «Bajo la misma estrella», pero igualmente efectista y obvia, esta película sigue a dos chicos vecinos, el tranquilo y responsable Quentin (Wolff) y la misteriosa y temeraria Margo (Delevingne).
Apenas la ve mudarse a la casa del frente, Quentin queda extasiado. De niños son muy amigos pero a medida que van acercándose a la adolescencia la amistad se va esfumando. Margo es la chica popular de la escuela y naturalmente sale con el grupo de los regios/as y rico/as.
A poco de terminar la secundaria, una noche, Margo, que acostumbra a subirse por la ventana a la habitación de su ex amigo, le pide que la ayude a solucionar unos asuntos. Eso implica sacar el auto de su madre y romper una serie de reglas que el hiper adaptado de Quentin nunca hace.
Pero es Margo quien se lo pide…
El recorrido nocturno incluye una serie de trastadas-venganzas y finalmente contemplar la ciudad de Orlando desde lo alto de un edificio donde Margo lanza sus reflexiones.
Al día siguiente la chica desaparece de la escuela y de su casa.
Mirada con buena voluntad, podría decirse que «Ciudades de papel» pretende ser una reflexión sobre la búsqueda de identidad, qué es lo real y verdadero, y cuál es nuestro lugar en el mundo.
El problema es que todo gira en torno a un personaje falso y construido sobre clichés -Margo-, que se pretende sea misteriosa, y que deja unas pistas rebuscadas a más no poder para sus amigos.
Sobre el pobre Quentin recae el rol de embobado permanente, lo cual termina por hacer muy poco atractiva una trama que de por sí también es muy forzada.
Esto sobrepasa el asunto del «target» para el cual este producto fue construido.
Es nada más que una mala historia.
Igual tendrá su público, es de suponer.
IDEAL PARA: chicas de 12 años (más menos).
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