En Netflix desde el viernes 10 de abril
13 capítulos.
Reparto: Charlie Cox, Elden Henson, Vincent D’Onofrio, Rosario Dawson, Deborah Ann Wall.
Admito que la miré con desconfianza.
No estaba segura si cabía en mi retina un súper héroe más.
Con todo el respeto que me merece Marvel y sobre todo el arte del cómic, ¿qué más justicieros podrán sorprendernos en pantalla?
Pero «Daredevil-Marvel» -quizás el menos famoso de la factoría-, en esta versión serie de TV, es un muy interesante, seductor y atractivo largometraje por entregas del mejor cine negro.
Surgido (nada menos) de la pluma de Frank Miller («Daredevil, el hombre sin miedo») este es un héroe trágico, con una historia tristísima padre-hijo, de la que sabemos por racontos y flashbacks.
Pero lo primero que vemos es a Matt Murdock (Charlie Cox), un novel abogado ciego, perspicaz y agudo, que tiene como socio a Foggy (Elden Henson), su amigo y su opuesto (su Sancho Panza). Instalados en una oficina a mal traer en el barrio neoyorkino de Hell’s Kitchen -es todo lo que pueden pagar de renta- buscan a sus primeros clientes.
De noche, Matt cubre su frente y sus ojos y va a hacer justicia.
Trata de blancas y de niños es lo primero que encuentra, lo que lo enfrenta a una mafia de chechenos y chinos, sin piedad ni escrúpulos de ningún orden.
Mucha lluvia torrencial, noches cerradas y lugares nada glamorosos marcan el entorno de los protagonistas de esta serie donde, sin embargo, abunda el humor, que aporta principalmente Foggy.
Como hemos constatado en otras producciones Netflix -de propia autoría o retransmitidas- la clave que las convierte en series adictivas está en un guión bien construido, con personajes atractivos, historias humanas que conmueven y claro, en este caso, toda la acción que se espera de una de súper héroes. Más aún cuando este, Matt-Daredevil, es el (aparentemente) más frágil de todos.
Entretenida ¡a morir!
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