“EL TIEMPO DE LOS AMANTES” es una historia que sitúa a sus protagonistas en una jornada que parte en un tren que va de Calais a París.
Una brisa breve de pensamiento nos conecta con “Un hombre y una mujer” y también con “Antes del amanecer”, aunque hay diferencias importantes entre esas parejas y la que llegan a conformar Alix (Emmanuelle Devos) y Doug (David Byrne) en su historia y en la forma en que llegan a relacionarse.
La relación que se establece entre Alix y Doug, un profesor de literatura que viene desde Londres, está más llena de curiosidad mutua, silencios y retazos de información que del flechazo que uno supone que encontrará en una historia así. Es lo que la hace sorprendente y tan exquisitamente pedestre, como si estuviera ocurriendo en cualquier esquina.
Ambos son adultos –él, un sesentón— y no están buscando nada, sólo que hay vacíos en ambos, pequeñas «trizaduras», que irán develando no necesariamente juntos.
La química entre los dos actores contribuye al buen resultado.
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