De jueves a domingo y hasta el 24 de junio, el teatro Nescafé de las Artes presentará este musical en el cual, por segunda vez, el actor y cantante Gabriel Urzúa personifica a John Lennon, rol que ya encarnó en 2013 en Paul&John.
Escribe: Rebeca Araya Basualto.
Para quienes admiran a Los Beatles y en especial quienes siguieron la trayectoria de Lennon, conocen su música y comprenden sus letras, el musical John, el último día de Lenonn entibiará desde la emoción el frío invierno santiaguino.
Tuvimos la suerte de compartir el estreno con una beatlemaníaca que disfrutó cada escena y, en particular, la interpretación del actor Gabriel Urzúa de canciones que marcan hitos en la historia del personaje y la experiencia de dos generaciones. Según nuestra experta amiga, Urzúa asemeja de modo notable hasta la pronunciación y matices de vocalización de Lennon en algunos temas. Sin duda, los puntos más altos de la obra descansan sobre las interpretaciones musicales del actor, y su fiato con la banda que acompaña en vivo cada una de sus interpretaciones.
El karma de una obra para iniciados son… los no iniciados. Quienes no llevan la historia en su experiencia o memoria, pueden encontrar dificultad para unir las escenas a partir de las cuales los actores intentan conducirnos, en un vertiginoso raconto, desde el trayecto de las cinco balas que un 8 de diciembre de 1980 le quitaron la vida a John Lennon, hasta el alma de ese hombre que, en exactos cuarenta años, alcanzó cumbres y abismos que a otros les toma muchas vidas conocer.
La apuesta desde la construcciónn dramatúrgica es ambiciosa. Pretende capturar las horas previas a la muerte de quien presiente su destino y, desde esa intuición, habita el presente intentando hacer la paz con su pasado. En este propósito aparecen el primer acierto y el primer quiebre con el espectador no iniciado en la trayectoria musical y vital de Lennon.
El acierto: de la prolífica obra del músico –tanto asociado con Paul McCartney en Los Beatles como en solitario o con Yoko Ono- las canciones seleccionadas son las más significativas en su carrera. Esa es opinión compartida por nuestra experta en Los Beatles y otros fans que consultamos tras el estreno. Cultura Capital, la productora de este montaje y otros del mismo género, afirma que, más que un musical, buscan ofrecer a los espectadores un “concierto teatral”. Punto bien logrado con los seguidores del músico y su banda de origen.
El error: la poesía de Lennon es rica, estética y compleja. Quienes no hablan inglés se pierden contenidos sustantivos de la obra -y del personaje- si no comprenden las liricas de algunas canciones. Un tema que se resolvería fácil, ya sea con un programa con las letras traducidas o proyectando subtítulos en el zócalo del escenario.
En 1960, a los 20 años y junto a otros tres jóvenes, John creó Los Beatles. Juntos traspasaron vertiginosamente los límites de su Liverpool natal y, con Paul McCartney, formó una dupla creativa que definió los rumbos de la música en el siglo XX y trasciende hasta hoy.
No faltaron mujeres en la vida de ninguno de ellos, pero en la de John tres parecen haberlo marcado: su madre Julia, su esposa Cynthia y el amor de su vida, Yoko Ono, su segunda esposa
A Ono le dedicó, entre muchas, estas estrofas de la canción Woman: “(…)Mujer, sé que entiendes/El pequeño niño dentro de un hombre/Por favor recuerda/ mi vida está en tus manos/ Y mujer manténme junto a tu corazón”…
Y para Julia, que lo abandonó a los 4 años, escribió Mother: “Madre, tú me tuviste, pero yo nunca te tuve./ Yo te quise, pero tú no me quisiste./ Por eso tengo que decirte/ Adiós, Adiós”
Es en la construcción de estos personaje donde percibimos cierta debilidad que, nos parece, radica en la dramaturgia. El peso de la obra descansa de tal modo en el protagonista (Gabriel Urzúa) que sus antagonistas femeninas se desdibujan en roles demasiado cercanos a la maqueta. Tal vez el personaje mejor logrado es Julia (Carmen Gloria Bresky); el más desfavorecido, por la ausencia de matices en sus textos es Cynthia, la esposa abandonada (Adriana Stuven) y en Yoko, la mujer por la cual John redefine su vida (Tamara Ferreira), cuesta reconocer a la intelectual vanguardista y la activista política que acarreó a John hacia sus causas y potenció el discurso social del artista. Una mujer nada fácil de querer, pero que brillaba con luces propia antes de conocer a Lennon y hoy, pasados los 80, sigue siendo valorada en el mundo de las artes.
Dave, (Guilherme Sepulveda) un personaje ambiguo, que a ratos parece fruto de la imaginación del músico cargado de malos presagios, a rato la figura del amigo adulador y zalamero -como deben haber sido tantos- y a ratos su conciencia crítica, es un intento interesante por abrir, desde el diálogo con otro, el mundo interior del protagonista.
“Dios -dirá Lennon en la canción del mismo nombre- es un concepto con el que medimos nuestro dolor”, y aunque es una de las que interpreta Gabriel Urzúa, quienes no pueden seguir la letra o, pudiendo hacerlo, desconocen los mil modos en que antes de Yoko y con todas sus fuerzas y recursos -económicos y creativos- después de unirse a ella, John confrontó al poder en su tiempo. Y rol que, como activistas por la paz, asumieron ambos. Hasta el punto que más de un autor ha sostenido que el revólver del psicópata que lo acribilló, fue digitado por la CIA.
La actriz Natalia Grez -que ya ha dirigido musicales para cultura Capital- y la notable directora de cine María José San Martín (Rara, 2016) co-dirigen la obra que, en síntesis, es un proyecto ambicioso que -con sus luces y sombras- enriquece la cartelera teatral.
JOHN, EL ÚLTIMO DÍA DE LENNON
TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES (Manuel Montt 032, Providencia)
Jueves a domingo hasta el 24 de junio 2018
Entradas a la venta a través del sistema Ticketek y en boleterías del Teatro
Horario de la boletería: Lunes, de 10:30 a 20:00 horas.
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