Youth - La giovinezza Reparto: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda. Director: Paolo Sorrentino Italia, 2015. Duración:118 min.
La primera escena parece sacada de una jocosa secuencia de Downton Abbey .
Fred Ballinger (Michael Caine), un famosos compositor y director de orquesta británico semi retirado, escucha, sin prestarle demasiada atención, a un personaje lleno de melindres.
Se trata de un ceremonioso funcionario del Palacio de Buckingham, quien le comunica que la mismísima reina lo envía para decirle que SM estaría encantada que el gran Ballinger dirigiera la orquesta para que la soprano Sumi Jo interpretara, como regalo de cumpleaños para el Príncipe Felipe, una de sus más famosas composiciones.
Fred está en un bello resort, rodeado de naturaleza en los Alpes suizos, tomando té en medio de los jardines mientras ojea el diario. Tras echarle un vistazo a la foto de la recién elegida Miss Universo, le responde con un sereno, imperturbable e inapelable no.
En estos escenarios se desarrolla Juventud , la reciente película de Paolo Sorrentino, que ganara el Oscar 2014 a mejor filme extranjero por su muy singular La gran belleza.
No es ironía ni menos casualidad que Sorrentino llamara Juventud a una película cuyos protagonistas son dos hombres octogenarios.
De su anterior y premiado filme, Sorrentino reitera aquí su predilección por registrar la belleza, pero mientras allí seguía el camino de decadencia de su protagonista, con imágenes coherentes con su hastío y esa amargura tan propia de las fiestas falsamente alegres, en Juventud se cuela otro aire, totalmente opuesto.
También es esta una película mucho más “amigable” con el espectador: la música cruza de manera hermosa y entrañable el hilo argumental y cada línea de diálogo es una delicia.
Por muchos momentos el humor agudo domina el metraje.
De la Roma eterna y vetusta de La Gran Belleza, Sorrentino nos traslada, en Juventud , a un luminoso e impoluto lugar, con una naturaleza que irrumpe radiante de verde, cielo y agua.
Allí -en medio de piscinas, aguas temperadas, masajes- pasan sus vacaciones dos amigos y consuegros: Fred (Caine) y Mick (Harvey Keitel), un director de cine empeñado en crear lo que él ha decidido sea su testamento artístico, con la colaboración de un equipo de jóvenes guionistas (en unas sesiones ridículamente cómicas).
Para ello convocará a su musa de toda la vida (Jane Fonda) como protagonista.
Un poco más allá, un elefantiásico hombre —Maradona, aunque no se lo nombre como tal (interpretado por Roly Serrano)— sale del agua y con su espalda inmensa emerge el tatuaje del rostro de Karl Marx.
Mucho más joven que Fred y Mick, el ¿ex? futbolista es seguido por una asistente que arrastra un tubo de oxígeno.
Junto a Fred está su hija y manager, Lena (Rachel Weisz), una mujer joven y dinámica, con la vida por delante. (Eso es ser joven ¿no?).
La fauna que completa el lugar es parte del goce estético que es ver esta película.
Ya solo reunir a este elenco de lujo es una fiesta. Pero el desempeño de cada uno de ellos es simplemente apoteósico.
Si usted creía que Michael Caine ya lo había hecho todo, espere a verlo aquí.
Harvey Keitel nunca había sacado a relucir mejor sus dotes de histrión y a Paul Dano más vale que le vaya poniendo ojo: ya desplegó una actuación memorable en Love & mercy.
Las dos secuencias (una muy breve) en que aparece Jane Fonda son feroces e inolvidables.
Y todo el peso dramático que es capaz de soportar sobre sus hombros Rachel Weisz es clave en una película que juega con el eje generacional, la ambigüedad del tiempo, lo caprichosa que puede ser la rueda de la derrota y del dolor y también la opción posible de revisitar el pasado para reparar el presente… y el futuro.
SE ES JOVEN CUANDO SE QUIERE (Y SE PUEDE)
Aunque como toda obra de arte de categoría ofrece múltiples lecturas, la película propone la audaz tesis de que la juventud, su esencia, está (o no) en cualquier edad, y que ésta existe mientras se mantenga la pasión (a la vez que ser joven no garantiza poseer el futuro).
Por eso es más viejo Jep, el protagonista de La gran belleza, un hombre de 65 años, que Fred.
No se trata de negar el paso (y el peso) de los años: por si alguien se piensa que esto va por ahí, la rotunda belleza juvenil al desnudo de la Miss Universo que Fred y Mick contemplan embobados está allí para recordarnos que también hay cuerpo.
Girando el ángulo, el silencioso monje budista, también un vacacionante del resort (lo que parece una jugada felliniana del realizador), aporta otra dimensión a la relación cuerpo y espíritu.
Juventud está un buen escalón más arriba que la ganadora del Oscar 2014.
No la deje pasar.
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