¿Qué tiene “LA ISLA SINIESTRA” del sello de Martin Scorsese? Probablemente que es una historia masculina, armada, escrita y pensada desde la cabeza de un hombre. Porque lo que está más a la vista es el suspenso a lo Hitchcock y su estructura de muñecas rusas a lo John Grisham. Pero no está basada en una novela del superventas de Hollywood, sino en la de otro autor, Dennis Lehave, que tiene un gran pergamino que exhibir: «Mystic river», que Clint Eastwood transformó en una inolvidable y estremecedora película.
Comienza con el policía Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) en el baño de un barco, sufriendo los peores efectos del mareo. Ya en esas primeras escenas, Teddy frecuenta retazos de su vida mediante flashbacks. Con él viene Chuck (Mark Ruffalo), un policía designado para acompañarlo. Su misión: investigar la muy improbable desaparición de una peligrosa criminal desde la isla Shuttler, en las costas de Chicago, un lugar que alberga delincuentes con graves afecciones siquiátricas. Estamos en 1954.
Un buen guión y las crudas escenas que llegan desde los racontos de Daniels mantienen la firme atención del espectador, que va descubriendo la verdad de la mano del protagonista; una verdad que cambia a cada paso de la investigación.
Bien filmada, con un montaje efectivo- es básicamente un muy buen thriller siquiátrico-policial que coquetea con la tragedia.
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