Justice League Reparto: Ben Affleck, Gal Gadot, Ezra Miller, Jason Momoa, Ray Fisher, Henry Cavill. Dirección: Zack Snyder Estados Unidos, 2017. Duración: 121 min.
No es la gran película que quizás algunos esperaban de DC Comics si se reúne a tanto super héroe, pero La Liga de la Justicia (Justice League ) tampoco es lo fallida que terminó siendo Batman vs Superman (VER COMENTARIO).
Es entretenida, no dura más de dos horas —lo que se agradece— y tiene muy buenos momentos de humor, líneas de guión bien logradas.
Si la película se llama La Liga de la Justicia ya sabemos de qué va, de reunir a súper héroes, que en este caso son:
Batman (nombre civil: Bruce Wayne; Ben Affleck; con Jeremy Irons como Alfred);
Wonder Woman (nombre civil Diana, Gal Gadot, que fue la sensación en su propia película).
Flash (Ezra Miller, que aquí cumple la función del Hombre araña de Tom Holland: nerd, divertido, pendejo).
Cyborg (ex estrella de fútbol Vic Stone; Ray Fisher).
Aquaman (un guerrero atlante; Jason Momoa)
y Superman (Clark Kent, Henry Cavill).
Pero, Superman lleva un año muerto y enterrado (y la humanidad sigue en shock).
Cuando las amazonas de Themyscira advierten de la aparición del poderoso y siniestro Steppenwolf (Ciarán Hinds) -que pretende hacerse de las tres Cajas Madre, cuya energía unida lo convertirían en amo y señor del mundo mundial- Bruce Wayne decide que es hora de armar esta liga de la justicia.
El punto es que -aun cuando estos 5 logran ponerse de acuerdo- se dan cuenta que necesitan a Superman.
Las presentaciones de los “nuevos” héroes, las peripecias para organizarse y entenderse y los estropicios que va dejando a su paso Steppenwolf se alternan de manera ágil y entretenida, aunque el abuso de CGI, efectos digitales y demases es abrumador.
(También hay que resucitar a Superman).
Steppenwolf cumple con lo que se espera de un antagonista —esto es, mover a los protagonistas— pero es tentador asimilarlo a la divertida sátira animada Pinky y Cerebro en aquello de “vamos a conquistar el mundo”. O en este caso, reventarlo, no sabemos muy bien para qué.
Aparte de eso, hay que decir que la película tiene una muy buena banda sonora a cargo de Danny Elfmann y dos escenas post créditos de esas que fascinan a los fans (la segunda es bien al final y es toda una secuencia).
En suma: “Ni tan puro ni tan ruin”, como diría Sabina (“Por Delicadeza”).
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