(“The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe”) Reparto: William Moseley, Skandar Keynes, Anna Popplewell, Georgie Henley, Tilda Swinton. Dirección: Andrew Adamson. EE.UU., 2005 Duración: 2 horas 20 minutos. TE. ENTRETENIDA
Tal como la historia de la Segunda Guerra Mundial cuenta, numerosas familias londinenses optaron entonces por enviar a sus niños al campo, a la casa de algún familiar. Y es lo que hace la madre de los Pevensie en “LAS CRÓNICAS DE NARNIA, EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ROPERO”.
El tren deja a los niños en un “descampado” donde nadie los espera. Hasta que llega una malhumorada mujer en una suerte de coche (más parecido a una carreta de bueyes) tirado por un caballo. A poco andar, una inmensa casona y su parque se van abriendo ante los ojos asombrados de los niños. Una vez adentro, la mujer les advertirá severamente sobre las reglas del Profesor Kirke, un personaje del que por el momento sólo adivinamos su presencia. Las normas de la mansión se pueden resumir en una, universalmente conocida por cualquier niño: NO toquen NADA.
En suma, ¡una lata! Rodeados de viejas armaduras, escaleras por doquier, rincones fascinantes por todas partes, la tentación es mucha, pero la figura de Mrs. MacReady, la ama de llaves, los detiene. Lucy propone jugar a las escondidas y aunque a los más grandecitos les parece una solemne fomedad, no queda más remedio. Y así es como Lucy, a través del ropero lleno de pieles de una pieza abandonada, ingresa a Narnia.
A su regreso, naturalmente nadie cree en su relato de un país nevado, de su conversación con un encantador aunque nervioso fauno joven, hasta que, por azar, todos terminan traspasando el umbral.
De la ineludible comparación con la saga de “El Señor de los anillos” y Tolkien habría que advertir que hay tantas similitudes como diferencias importantes. Sobre estas últimas, en “CRÓNICAS…” estamos ante un mundo más luminoso y mucho más anclado con la realidad. Los protagonistas son niños que, si bien se sumergen en un mundo de fábula, finalmente a lo que se enfrentan es, ni más ni menos, que a su naturaleza humana, debilidades y grandezas incorporadas.
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