(“The Chronicles of Narnia: Prince Caspian”) Elenco: Ben Barnes, Georgie Henley, William Moseley, Skandar Keynes, Sergio Castellitto. Dirección: Andrew Adamson. Inglaterra/EE.UU., 2008. Duración: 2 horas 24 minutos. TE. Entretenida.
Negar la esperanza. Ese sea, quizás, el gran pecado de nuestros tiempos. Y es el “mensaje” detrás de las aventuras de “LAS CRONICAS DE NARNIA: EL PRINCIPE CASPIAN”. Pero como este mal del postmodernismo no es un concepto sencillo ni demasiado traducible a imágenes, está diluido y desdibujado, situación que puede importar en una película con vocación escolar (o con intenciones de interesar a padres y apoderados).
Así, en esta segunda entrega de los filmes inspirados en la obra de C. S. Lewis, lo que manda es la acción y la aventura, ciertamente nunca tan desenfrenada como un Indiana Jones, pero suficiente para divertir a buena parte de ese segmento etario de los tweens.
Narnia. 1.300 años después que Peter, Susan, Edmund y Lucy Pevensie abandonaran su reino —al otro lado de la realidad, ellos llevan un año de colegio en el Londres de la Segunda Guerra—, los Telmarinos, dirigidos por el despiadado Lord Miraz, se han hecho cargo de Narnia. El príncipe Caspián, verdadero heredero del trono, debe huir cuando su tío y su mujer tienen un heredero. A su llegada al bosque, Caspián, en un momento de peligro, hace sonar el cuerno que ha dejado Susan, como se lo ha aconsejado su tutor. Así, los hermanos reaparecen en esas tierras para descubrir que nada es como lo dejaron…
Desde el punto de vista de la tensión emocional —el gran plus para la taquilla que tenía “El león, la bruja y el ropero”—, “El Príncipe…” es algo plana. A cambio, es más simplona —¿más empática?— en sus “reflexiones” (“cuando te tratan como un animal, en eso te conviertes”; “nada pasa dos veces del mismo modo”).
¿Será eso un defecto? Depende…
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