Una historia tan dramática, tan bien ambientada y con varias actuaciones inspiradoras se merecía un mejor resultado que el que logra “Las Sufragistas”.
La película que recoge aquella etapa de la lucha más radical de las mujeres en Inglaterra por obtener el voto tiene notorios baches de guión y una dirección “floja”, que parece apurarse hacia el final, pero se conforma con la lectura en off de las frases de un libro, mientras se ven imágenes de la época, para luego entregar una lista de fechas en las que distintos países concedieron el voto a su población femenina (no busque Chile, porque no está).
La película comienza en Londres en 1912. Maud (Carey Mulligan) es una joven madre que ha trabajado su vida entera en una lavandería. Con Sonny, su marido, y su pequeño hijo George conforman una familia feliz, aunque viven precariamente. Por mera casualidad, Maud se topa con un grupo de sufragistas que en una rápida acción apedrean vitrinas en un barrio elegante.
Asustada, huye del lugar. Pero cuando va a la farmacia con su hijo a consultar con Edith (Helena Bonham-Carter), una activa luchadora por la causa, su suerte quedará sellada sin saberlo ni quererlo. La policía, comandada por el Inspector Steed (genial Brendan Glaser), le ha tomado foto, junto a otras mujeres que se reúnen allí.
Una compañera de trabajo, Violet, la convence que vaya a hablar a la Cámara, en una acción gestionada por la mujer de un congresista que también lucha por el voto femenino.
Las deliberaciones concluyen con un no.
Y con ello, el movimiento se radicaliza definitivamente y Maud, ya envuelta en ello, ve cómo su vida se va desarticulando por la causa.
Su premisa: durante 50 años no conseguimos nada con palabras; es la hora de la acción.
Varios clichés se deslizan en la historia -como el patrón malo y pedófilo- los cuales solo consiguen distraer el foco, el que ya ha divagado hacia otro tema demasiado potente como para dejarlo dando bote, como es el trabajo infantil y las condiciones laborales deplorables de la clase obrera en general.
Si busca a Meryl Streep, aparece en una breve secuencia, como la gran gestora del movimiento, Mrs. Emmeline Pankhurst, dando un discurso, tras lo cual desaparece rápidamente porque está sumergida en la clandestinidad, buscada por la policía desde hace meses.
El mayor mérito del filme es sacar a la luz una etapa desconocida para la mayoría del movimiento sufragista.
IDEAL PARA: ONU Mujer.
Dato:
De acuerdo al sitio Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional, en Chile el debate por el voto femenino se instaló alrededor de 1920, pero la oposición de “los partidos anticlericales y de izquierda” (que temían la tendencia conservadora del voto femenino) lo impidió. Finalmente en 1934 se aprobó solamente para las elecciones municipales y en 1949 para las presidenciales y parlamentarias.
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