“MATRIX REVOLUCIONES”

No todos sobreviven

Si usted quería que el trío protagónico -formado por Neo, Trinity y Morfeo- saliera ileso de la despiadada guerra contra las máquinas, lo sentimos. Sin estropear la sorpresa, anticipamos que, al menos, uno de ellos muere en este desenlace. Decimos que al menos uno porque el final es tan abierto que bien podría haber muerto otro de ellos.
Después de cuatro años transcurridos desde la sorprendente “Matrix”, llega esta tercera parte que pone fin a la historia.
La trama se inicia con Neo (Keanu Reeves) en estado de coma, producto de haber derrotado a unos calamares mecánicos con un pulso electromagnético en apariencia generado por su propio cuerpo. Sin embargo, la mente del protagonista está en una estación de trenes virtual, donde no funcionan las leyes de la física ni de la “matrix” ya que quien manda allí es el Ferroviario, un empleado del Merovingio, personaje que ha puesto precio a la mente de Neo. Para salvar a su amigo, Trinity (Carrie-Anne Moss) y Morfeo (Laurence Fishburne) se internan en el verdadero infierno que es un club donde se encuentra este poderoso personaje.
La potente carga filosófica y las múltiples lecturas de «Matrix I» aquí se diluyen entre tanta parafernalia. Por ahí aparece, náufraga, alguna idea inquietante, perdida como poroto en cazuela en medio del desfile de efectos especiales.
En su defensa: para cualquiera que ame las artes marciales, sin lugar a dudas ésta es la saga perfecta. El “look” de la película es fascinante.