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MIDNIGHT SPECIAL: SER PADRE HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS

Reparto: Michael Shannon, Joel Edgerton, Kirsten Dunst, Adam Driver, Sam Shepard. Director: Jeff Nichols Estados Unidos 2016. Duración: 111 min.

MIDNIGHT SPECIAL: SER PADRE HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS

El misterio y una atmósfera sutilmente tensa se instalan desde la primera imagen y hacen imposible despegar la vista de la pantalla.
Las primeras escenas de Midnight Special corresponden a las de un noticiero en el televisor de un motel, que informa del supuesto secuestro de un pequeño a manos de su padre biológico. Allí están dos hombres que cuidan a un niño.
(El título no tiene nada que ver con la canción ni con el programa musical que tomaba su nombre).
Arropada en el género fantástico, esta conmovedora y tensa película, con la que Jeff Nichols (Mud) llegó a la Berlinale 2016, nos introduce en una situación que ya ha llegado a su punto álgido cuando recién los espectadores nos aparecemos (in media res). Y por eso esperamos con ansiedad la siguiente escena, la que apenas nos agregará, parcamente, otro poco de información; así, cada vez, en gotas racionadas.
El padre al que alude el noticiero es Roy (Michael Shannon) y su hijo, Alton (Jaeden Lieberher), un chico de 8 años, el que debe estar protegido de la luz natural y cubrir sus ojos con lentes en la noche. Es a esas horas que ambos, acompañados por Lucas (Joel Edgerton), un amigo de Roy, se suben al auto y circulan a toda velocidad por las carreteras del sur de EE.UU., la mayor parte del tiempo con los focos apagados.
Se han detenido para descansar en la casa de la madre (Kirsten Dunst) antes de seguir viaje.
Alton habla poco, a veces frases que parecen inconexas. Es un chico con poderes sobrenaturales y su padrastro (Sam Shepard) lo ha ungido como El Salvador y en torno a él ha creado una suerte de secta, “El Rancho”. Allí están preocupados por su desaparición y recitan como letanía una serie de números que el niño solía repetir.
Al FBI le inquieta otra cosa sobre Alton y despliega su poderío para dar con su paradero.
Pero no se trata solamente de escapar y esconderse: Roy debe llevar a Alton a un lugar preciso, a una hora precisa.
Hay algo profundo y ancestral en todas las especies, que actúa como un mandato para los adultos: proteger a su descendencia.
Aunque entre los seres humanos esto ha demostrado ser más relativo, todo aquello que involucre niños y su inherente vulnerabilidad agregan un peso dramático a cualquier historia, del que ningún espectador puede sustraerse.
Una buena parte del éxito que ha cosechado la serie “Stranger things” (Netflix) tiene que ver con que sus protagonistas son niños, chicos en apuros, que se ayudan entre sí y desconfían —no sin razón— sobre lo que harían los adultos con su “secreto”. Como en “E.T.” o “Los Goonies” o “Interestelar”, que al fin de cuentas, es una desgarradora historia padre-hija en un mundo apocalíptico.
Porque si bien el elemento fantástico y de ciencia-ficción está en el argumento base de estos relatos, ello no es más que un pretexto para volver sobre asuntos tan humanos y universales como la infancia y la familia, en tanto núcleo que resguardar; qué hacemos (padres, madres, la sociedad) con esos seres frágiles que tenemos a nuestro cargo (y ni qué decir con esos niños “distintos”).
En Midnight Special hay un padre que confía en su hijo, le cree, por más que lo que le dice y ve le suene inverosímil. Lo protege y se las juega por él, incluso a sabiendas que ello le significará un inmenso dolor para sí mismo. ¿Acaso no es eso ser padres? ¿Dejarlos ser lo que ellos son aunque eso implique una renuncia?
Nichols ubica a este padre en una apremiante situación: hay que moverse, ir hacia delante y contra el tiempo y lo hace a muy buen ritmo. En este sentido es también una road-movie, con lo que ello implica: el suspenso de lo que puede ocurrir en las paradas obligadas, con un niño tan impredecible como cualquiera, solo que con características muy singulares.
En este eje adultos-niño, interviene un joven criptólogo (Adam Driver), en un acercamiento generacional de mucha carga simbólica (nuevamente la familia) que termina siendo decisivo en el desenlace.
Midnight special es una película magnética por su manejo del ritmo, el misterio y el suspenso, y es profundamente emotiva en su sensible humanidad. Una pequeña joyita.

https://www.youtube.com/watch?v=bSDCWlfjt24

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