Mujer Maravilla supera todas la expectativas y se erige como una de las mejores películas de súper héroes que hemos visto últimamente, apelando más a elaborar como corresponde los recursos dramáticos que a faramallas de efectos especiales y digitales. Aunque cuando hay que usarlos, se usan y ¡muy bien! La tecnología al servicio de la historia. ¡Por fin!
Estamos hablando de 2 horas 20 de entretención tan bien estructuradas, que no decaen jamás. Y con una protagonista que crece en su poderío y valor ante nuestros ojos.
Una película en la que se distribuyen hábilmente aventura, humor, tensión, emociones e imágenes potentes.
Construir una heroína a la altura de lo que demanda el siglo XXI no era tan sencillo.
Este es un personaje icónico de la fábrica DC Comics pero cuyo último referente popular fue la serie de TV de los 70 que protagonizó Lynda Carter.
Cuando Gal Gadot apareció como Wonder Woman en las escenas finales de Batman vs Superman creo que ya sabíamos que la mano se venía bien: lo único rescatable de esa fallida película fue precisamente su presencia, tras largas 2 horas y 31 minutos.
Esta Wonder Woman no tiene necesidad de mostrar credenciales de feminismo o reivindicacionistas porque Diana —que es su nombre de “civil”— surge de la quizás más antigua y difundida e leyenda sobre mujeres poderosas: las Amazonas en la antigua Grecia.
En la película, estas mujeres aguerridas crecen en la isla Themyscira, donde se han organizado políticamente, entrenándose sin respiro. Zeus les ha dado este trozo de paraíso para protegerse de Ares, el dios de la guerra.
Diana tiene poderes que no le son revelados del todo por su madre Hippolyta, la reina, ni por su tía, la generala Antíope (Robin Wright).
Hasta que un día atraviesa la pared de nube-tiempo una avioneta que cae al mar. Diana rescata el piloto, Steve Trevor (Chris Pine), con lo que termina involucrada en la Primera Guerra Mundial.
El contraste de estos mundos —el asombro de Steve primero, y el de Diana luego— provoca naturales y genuinas situaciones de humor a cada minuto.
En este mundo convulsionado y violento Diana mostrará su espíritu compasivo, al mismo tiempo que su temeridad, ingenio y valentía, su arrojo.
Trevor —que reporta en Londres a Sir Patrick (David Thewlis, Naked)— reúne a su grupo de amigotes para sabotear un siniestro plan alemán, aunque su jefe intente detenerlo ya que está pronto a firmarse el armisticio.
Así, Diana parte al frente de batalla, donde será testigo de la horrible desolación que ha dejado la guerra en ciudades y población civil.
La acertada dirección de Patty Jenkins (Monster) mantiene el suspenso de una historia que va deparando sorpresas, mientras muestra la rica humanidad de esta diosa que es nuestra protagonista y que a medida que avanza la película va recién entendiendo su verdadero origen, identidad y misión.
Los personajes secundarios (y los actores que los encarnan) conforman una sinergia que le agrega valor a toda la historia.
Y Chris Pine ¡sencillamente soberbio!
A las secuencias paradisíacas de la isla griega de origen de Diana, se suman otras de dramática belleza —como Diana atravesado a caballo un bosque destruido por bombas y armas de fuego— y luego los efectos digitales de la batalla del clímax.
¿No le llaman la atención las películas de súper héroes?
Esta, tiene que ir a verla, porque Wonder Woman es sencillamente una muy buena película. No es cine arte, claro, pero saber hacer una buena película sí es un arte.
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