POLTERGEIST: REGRESAN LOS FANTASMAS

¿Ud vio “Poltergeist” en 1982 en el cine o después por TV?
Si es así, déla por vista. Porque aunque se ponga anteojos 3D, la historia es más o menos la misma.
A estas alturas del cine de terror, habría que decir que esta es una película «de susto» porque, que uno salta de repente, salta. Pero el umbral de lo que se nos ofrece bajo la categoría terror o thriller se ha corrido tanto que aparte de esos trucos de guión que nos hacen dar un brinco no es mucho más el efecto que se logra.
Una familia llega a una nueva casa, en un condominio bonito, tipo Huechuraba, pero con cables de alta tensión muy cerca y un inmenso terreno desocupado enfrente.
La hija mayor, una adolescente tan insoportable como cualquiera, sólo está preocupada de hablar con sus amigas; el niño del medio es el primero que nota cosas extrañas; pero es la niña pequeña, Maddy, quien hace «contacto» con algo imperceptible.
La mayor gracia de la película es que los fenómenos comienzan a ocurrir casi en las primeras escenas, para ir escalando en forma sostenida.
Lo complicado de hacer este remake es que el guión de «Poltersgeist» se apoyaba fundamentalmente en lo que ocurría con la TV. Hoy, tal como se ve en el mismo filme, todos portan una pantalla de cualquier índole y tamaño, de manera que hay que hacer como que éstas no existen y seguir concentrados en uno de los televisores de la sala para que las cosas sucedan.
Llega un momento, suponemos que con la intención de aumentar la intensidad, que las situaciones paranormales son tantas y tan sobrecargadas que se pierde el efecto.
El epílogo tiene cierto humor.
IDEAL PARA: ver tu primera película de «susto».
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