Home > Suspenso > «PUENTE DE ESPÍAS»: INTENSO REGRESO AL MURO DE BERLÍN

«PUENTE DE ESPÍAS»: INTENSO REGRESO AL MURO DE BERLÍN

“Bridge of Spies” Director: Steven Spielberg Reparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Alan Alda, Scott Shepherd, Sebastian Koch. Género: Thriller. Año: 2015 Duración: 135 min. País: Estados Unidos MUY BUENA. MUY ENTRETENIDA.

«PUENTE DE ESPÍAS»: INTENSO REGRESO AL MURO DE BERLÍN

Intensa, entretenida a morir, dramática, emotiva y salpicada con oportunas dosis de humor es el nuevo «invento» de Steven Spielberg: tal como hiciera con «El soldado Ryan», en este «Puente de espías» el director escarba en la historia del siglo XX, pero para mirarla desde los primeros planos, aquéllos en que se ven y se siente a los seres humanos.
Como el rey Midas sabe hacer bien las cosas, puso de protagonista a Tom Hanks (con sus dos Oscar sí que atrae público a las salas), y, pensando en los más exigentes, recurrió nada más y nada menos que a los talentosos y muy prestigiados hermanos Coen para que coescribieran el guión de esta historia basada en un hecho real.

Es el año 1957 y los buenos ciudadanos de EE.UU. viven esos años plácidos, en que las mujeres eran sonrientes dueñas de casa y los jefes de familia iban contentos de la casa al trabajo y viceversa. No había más guerras (eso creían) y el asunto para las familias era educar a los hijos como buenos patriotas.
Porque la Guerra Fría estaba en su mejor momento: los espías hacían nata entre los dos grandes ejes -EE.UU.-URSS- y la CIA, el FBI y la KGB se colaban entre bastidores en febril actividad.
En pleno Brooklyn es sorprendido, con todas las pruebas posibles, un agente de la KGB, Rudolf (Mark Rylance, de la serie «Wolf hall»).
«Para que parezca que la justicia norteamericana funciona», como afirma un funcionario de Gobierno, deciden contratarle un buen abogado. La cosa es llevarlo a la silla eléctrica con todas las formalidades en regla. En un ambiente cargado a lo patriotero no es que los profesionales se peleen por hacerse cargo de semejante cliente.
Así es como le cae el caso al bueno de James «Jim» Donovan (Hanks), un tranquilo y exitoso abogado de seguros que trabaja en una importante firma. Atónito, su argumento que lo suyo no es lo penal no sirve de nada: su jefe (Alan Alda) le explica que es un trámite, algo así como un servicio a la patria y ya está.
Pero Jim resulta ser un profesional al que le importan las leyes y la ética. No solo eso: es un hombre sagaz que mira las cosas en perspectiva y demuestra ser un ingenioso y efectivo negociador. (La relación entre cliente y abogado, una delicia).
En lo que son las más logradas secuencias de la película, Jim termina en la capital germana cuando Erick Honecker está concretando la tarea que planificó en su rol de secretario del Comité Central del SED (Partido Socialista Unificado) de la naciente RDA: la construcción, en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, del Muro de Berlín.
Como pollo en corral ajeno, sin ningún entrenamiento pero sí la advertencia de que si la cosa no resulta… bueh, que te vaya bien, Jim se mete a parlamentar con supuestos abogados y representantes de la URSS y la RDA, pisando sensibilidades insospechadas.
Es aquí donde el rol de Hanks adquiere estatura porque a decir verdad, lejos, lo mejor de la película es Mark Rylance, que construye magistralmente a su entrañable personaje, con unos cuantos gestos pequeños pero elocuentes y esa cierta impavidez de quien sabe que nada de lo que haga o deje de hacer cambiará su destino.

IDEAL PARA: Nostálgicos del Muro de Berlín y la RDA.

Categorias: Suspenso

Relacionados

Copyright Anajosefasilva.cl 2014