DESCATALOGADO
Tome nota: River es de esas series TOP, imperdibles, memorables.
Uno de los policiales más originales de los últimos tiempos.
Un cóctel de emociones tan genuinas (y reflexiones tan relevantes) que el mundo que se abre ante sus ojos le parecerá más verdadero que la vida misma; una mezcla de thriller de suspenso, drama familiar y sicológico, tragedias íntimas y terapia sicoanalítica. Como si In Treatment (con Gabriel Byrne) corriera como telón de fondo.
Y sí: es ¡muy entretenida y le provocará adicción!
River es el nombre del protagonista, un detective inspector de la policía británica, de origen sueco (Stellan Skarsgard, ¡desgarradora actuación!), que acaba de sufrir la pérdida de su compañera y amiga, la sargento Jackie Stevenson (Nicola Walker), Stevie, como le dicen todos.
Asesinada casi frente a sus ojos, la presencia de Stevie, sin embargo, no se despega de River. El la ve, le habla, conversan.
Pero ella no es el único fantasma que persigue a River.
El es un hombre reprimido, retraído, con dificultades para relacionarse y que esconde profundos dolores. “Me gusta estar solo. No necesitas fingir cuando estás solo”, afirma casi como un lema.
La tragedia de la muerte de Stevie lo aplasta con un pesado manto de melancolía, pero que no es suficiente como para impedir que se dedique de cabeza a desentrañar el crimen.
Con dolor —porque no hay otro modo— terminará por entender que eso pasa por encarar sus demonios, aquellos que lo han acompañado toda la vida, algunos muy oscuros.
Chrissie (Lesley Manville), su jefa, lo apoya, pero es requisito de las autoridades que River sea evaluado por la siquiatra del Departamento, Rosa, si quiere seguir en su trabajo.
Su nuevo compañero es Ira, un joven judío-árabe (“soy la franja de Gaza”, le explica, con humor).
Mientras se desarrolla esta y otras investigaciones, cada personaje va develando sus fragilidades, dolores, frustraciones, pequeñas y grandes dificultades, afectos, en un entramado de inmensa riqueza humana y dramática.
Breves y precisas acotaciones sobre la vida, la muerte, el sexo, el amor, la vejez, la pérdida, el abandono, la culpa se deslizan en medio de un suspenso que no da tregua.
Un Londres lluvioso y gris como escenario contribuye a la atmósfera oscura e inquietante en que se va desgranando una historia que no tiene desperdicio.
Los giros y sorpresas no se detienen: cuando se da con una pista ésta ya parece no servir.
Llegar a desentrañar no solo el crimen de Stevie sino los bien guardados secretos de aquellos a quienes involucra no es nada sencillo: es meterse en las profundidades insondables del alma humana.
Es eso lo que consigue desplegar un guión extraordinario, exquisito, el que también alcanza para tocar temas contingentes, como la migración.
Emocionante hasta las lágrimas. Entrañable, bella, dolorosa.
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