TNT Series. Desde el sábado 14 de noviembre a la medianoche.
Como una mezcla de M -el jefe de James Bond, que un tiempo fue la jefa- y de lado B de Claire Underwood, esto es, en versión dulcificada e inocente (demasiado, la verdad) se reaparece Sharon Stone, esta vez en la pantalla chica, con un rol hecho a su medida.
“Agent X” es la serie que la tiene en su cartel como protagonista (y productora ejecutiva) y que debuta a la medianoche del sábado 14 por TNT Series.
La actriz que tras un cruce de piernas epatante para la época (“Bajos instintos”) se convirtiera en un icono sexual pop, aparece aquí bella, elegante y bien tapada de blusas, collares, pantalones y faldas largas -hermosísima igual- en el rol de Natalie Maccabee, la vicepresidenta de Estados Unidos.
Pero al contrario de “Veep” y “House of cards” -donde nos queda claro que el cargo pesa menos que un paquete de cabritas-, no más asumir y llegar a la mansión oficial que le corresponde, Natalie se encuentra con su Alfred (el mayordomo de Batman), que en este caso se llama Malcom Millar (Gerald McRaney), quien le revela las verdaderas -y ocultas- funciones del cargo (y las del mismo Malcolm).
Sucede que en el documento original de la Constitución (¡oh, la Constitución!) hay una “sección 5”, que no está en las copias que circulan por todo el país y las escuelas, y que dice algo así como que es responsabilidad de la vicepresidencia echar a andar y autorizar misiones ultrasecretas que ni la CIA ni el FBI conocen.
Para ello Natalie cuenta, además de Malcolm, con John Case (Jeff Hephner) -el verdadero protagonista de la serie- y toda la tecnología geek imaginable (redes, web, info al instante, microcámaras, comunicaciones, hackeos infinitos, etc.).
Lo primero que hay que advertirle al espectador es que no se asuste con el primer capítulo: los guionistas estaban algo ocupados en hacer las presentaciones y dar las explicaciones pertinentes (algunas un poco “Súper Agente 86”). Pero ya aquí aparece el sello de la serie: la acción, el suspenso y las traiciones, que eso se las da muy bien.
El voltaje -y los muertos “importantes”- aumentan con cada capítulo, que si bien al concluir cierra una historia, siempre deja hilos pendientes que reaparecen en el siguiente, manteniendo el suspenso y el interés.
John es un todoterreno y tiene sus chicas, malas o buenas. En el primer capítulo es Olga, una rusa espléndida, sensual y muy bien peinada aun en la sala de interrogatorios, clave para dar con el paradero de una pandilla de malvados internacionales.
Sus aventuras también lo llevarán a Chechenia, México, Pakistán, mientras la jefa circula estupenda por salones y hace un poco de vida social-política para poner el ojo y/o cubrir a su par de agentes, sin descuidar el “santuario” desde donde monitorean todo junto a Malcolm.
Entremedio, se va apareciendo en raccontos y hasta sueños, el pasado de cada uno, que, ya sabemos, se cobra en el presente.
Algo naif para lo que nos tiene acostumbrados la hornada de series de TV siglo XXI, “Agente X” sabe ponerse “dura” cuando corresponde -espérese no más las traiciones-.
¿Entretiene? Sí y harto.
Copyright Anajosefasilva.cl 2014