#T2TRAINSPOTTING : GENIAL POR MOMENTOS, PERO SIN RUMBO

OKA. La nostalgia, la buena música que es parte de ello, es completamente legítima y suponemos que el director Danny Boyle y sus “chicos”, Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner, la sintieron igual que sus fans y se lanzaron con Trainspotting 2.
La primera es un ícono de los 90 y creo que todavía recordamos escenas tremendas, algunas de las cuales aparecen en esta secuela en breves flashbacks.
La idea no era nada mala: preguntarse qué pasó, 20 años después, con esta pandilla de jonkies.
Respuesta: la vida ha sido injusta y desigual (¡como siempre!). Mientras Frank “Begbie” (Carlyle) se lo ha vivido en prisión, Renton (McGregor) ha tenido un cómodo pasar en Amsterdam. Simon (Miller) “administra” un bar de mala muerte en un barrio asqueroso, con una “novia” búlgara, Veronika; y Spud (Bremner) mal vive consiguiendo droga como sea.
La historia comienza cuando Mark Renton regresa a Edimburgo por temas familiares… y asuntos pendientes con sus amigos.
Oportunidad y traición son dos palabras que se unen muchas veces en este relato.
El reencuentro es, digámoslo así, complejo. Aunque viene con las mejores intenciones, Renton es recibido a puñetazo limpio por un furioso Simon. Y ni hablar de Begbie.
La película abunda en escenas y situaciones graciosamente delirantes, diálogos agudos y un humor negro y cínico que no ceja nunca. Hay secuencias alucinantes y llenas de adrenalina, otras melancólicas y conmovedoras, y frases y momentos para no olvidar.
Trainspotting 2 es genial por momentos, pero no tiene rumbo.
Hay giros, sorpresas y secretos develados estilo Ocean Eleven , que vienen bien, sí; los amigos reviven su etapa adolescente bailando “Radio Ga Ga” (Queen), “turisteando en su propia juventud”, haciendo payasadas para robar, visitando la línea del tren, con lo que se reinstala algo la atmósfera que tanto sedujo al público hace 20 años.
El problema es que alguien —¿el director? ¿el guionista? ¿el montajista?— no acabó de juntar bien los trozos de la historia o bien de editar la película (las casi dos horas se sienten).
Y aquí es donde uno se pregunta si era necesario hacer esta segunda parte. Quizás si Boyle —tan talentoso la mayor parte del tiempo— se sentara a reeditarla…
Una de las mejores frases se la despacha la bella chica búlgara: “En mi tierra olvidamos; aquí se lo pasan recordando”.
Por ahí va.

DATOS
—El año pasado Boyle confirmó la realización de esta segunda parte, cuyo rodaje comenzó en mayo pasado.

—Está inspirada en el libro «Porno» (2002), de Irvine Welsh.

—David Bowie aparece, como un homenaje de Boyle, cuando Mark va a su habitación en la casa de sus padres y revisa sus discos. Y también en la banda sonora con “Lust for life” (“The Prodigy Remix”), que hiciera junto a Iggy Pop.