Por Beatriz Sánchez
Periodista, conductora de «Hora 20», RedTV
@labeasanchez
Desde hace varios años que soy seguidora de las historias policiales. O si prefieren de la novela, las series y las películas negras.
No tenia muy claro porqué me habían conquistado estas historias. Ahora sí.
La historia policial, para mí, más que ninguna otra historia nos muestra lo mejor y lo peor que tenemos. Describe esa lucha permanente que todos libramos entre el bien y el mal. Aterriza que el concepto de «bien» tiene muchas caras lo mismo que la «maldad».
Refleja obsesiones y pasiones profundas. Y el nivel de tolerancia y contención de las distintas sociedades.
Buscando en el cable y ahora en Netflix, que cambió mi concepto de ver televisión (reconozco que ahora no puedo seguir una serie semana a semana, me gusta ver los capítulos seguidos y a la hora que yo quiera verlos) hay muchas historias que me sedujeron por completo.
¿Vieron The Killing? Hay una versión danesa que es la original y una hecha en Estados Unidos, en la ciudad de Seattle (que no tiene nada que envidiar a la versión europea) y que responde íntegramente a lo que describí antes. Sobre bien, mal y tolerancia.
Otra que recomiendo es The Fall, tiene dos temporadas y es una producción británica que se desarrolla en Belfast, Irlanda del Norte.
En estas series, hay buenos y malos…y la gracia es que el policía puede ser el malo y muchas veces el asesino en serie tiene más humanidad que el resto. A eso me refiero con que las cosas no son en blanco y negro.
Son historias policiales de verdad, donde no hay final feliz. Pero la gran gracia que tienen, es que son mucho más que una historia policial y eso es lo mejor de este género.
Reflejan a las sociedades con sus miedos y entender eso, ver eso, es mucho más atemorizante siempre, que conocer la identidad del asesino.
Me pasa lo mismo con los libros, con las novelas que busco. Aterricé de manera casual en los autores nórdicos. Curiosamente encuentro que cualquiera de esos libros podría transcurrir en Chile… En el sur de Chile.
El clima frío en estos libroses un personaje más de la novela. Marca a la sociedad la falta de luz, el silencio de los espacios públicos cubiertos de nieve, la vida hacia dentro y la desconfianza de los personajes.
Me volví adicta a a la autora Asa Larsson y la recomiendo. Sus libros recurren siempre a los mismos personajes: una abogada y una mujer jefa de policía. Nunca el final es feliz, aunque den siempre con el culpable.
Cuando se hace daño, cuando se provoca dolor, nunca hay final feliz. Se paga un costo. Por eso estos libros no hacen concesiones, no dan respiro, no alivian después de leer el final.
Leo lo que recién escribí y siento que no estoy recomendando nada sino más bien ahuyentando a todos. Disculpen. Pero es que me reconozco fan del drama, más que de la comedia.
Debe ser porque a esta altura de la vida no busco sólo ver una película o leer un libro para quedarme con una sensación feliz y «arropada». Me gusta que me dé vueltas en la cabeza, que me cuestione, que me desafíe, que se quede conmigo un rato más.
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