«PRIMICIA MORTAL»: ESE DESALMADO DISFRAZADO DE SER HUMANO QUE USTED TIENE AL LADO

Así como se la promocionó, «Primicia mortal» parecía otra película más acerca del todo-vale de la tele y el periodismo buitre. Y como el  director, Dan Gilroy, es el guionista de la muy entretenida «El legado Bourne», también ofrece ¡acción trepidante!

Pero esta película no puede estar más lejos de una mirada simplista y maniquea sobre el tema. Además, aquí no hay ningún héroe con el que uno establezca una inmediata empatía como sucedía con Jason Bourne a medida que avanzaba la trama. Al contrario, Lou Bloom (Jake Gylenhaal, ¡magnífico!) es un tipo indescriptiblemente desagradable.

La película fue injustamente ignorada por los Oscar (sólo obtuvo una nominación a mejor guión original), habiendo obtenido tanto Gilroy como sus protagonistas varias nominaciones y premios, como los BAFTA, globos de oro, los AFI, el Independent Spirit Award, el de los críticos de Nueva York, etc.

«Primicia mortal» es en verdad un angustiante retrato de un tipo corriente y algo patético, que ve matinales mientras plancha su camisa, y que se va develando como un ser humano repulsivo, que se relaciona con muy buenos modales, que resulta ser singularmente asertivo y muy seguro de sí mismo.

Lou Bloom (JakeGyllenhaal) es un buscavida, no tiene educación formal, pero recoge sistemática y acertadamente información por internet. Una noche se topa con los caza imágenes de sucesos sangrientos en las calles Los Angeles, que luego venden su material a los canales de televisión. Como una epifanía, Lou descubre su futuro: será un profesional de la crónica roja free-lance. Consigue «colocar» su primer acierto con Nina (ReneRusso), la editora de un noticiero que ocupa el último lugar del rating. E inicia su carrera de «éxitos».

A su asombrado ayudante, un homeless reclutado a la manera como lo haría un desalmado como él, se limita a decirle, con aplomo y serenidad: así es como me ha ido bien en la vida.

Bloom es un sujeto muy inteligente, de propósitos muy claros e inclaudicables, envolvente como una araña tejiendo su tela y sobre todo inescrupuloso y amoral. ¿Un sicópata? Quién sabe (pregúntele al siquiatra que tenga más cerca). Pero es inquietantemente parecido a mucha gente normal, con la que uno se topa con cierta frecuencia en la vida.

De la lista de antihéroes con que nos prodiga el cine, Lou es el peor de todos. Caer seducidos por el lujo, el poder y el sexo, como el lobo de Wall Street o como le ocurre al estafador que encarna Alec Baldwin en «Blue Jasmine» es de seres humanos. Hasta el sádico iluminado de «Los 7 pecados capitales» tenía más alma.

Lou Bloom es, ni más ni menos, que un pragmático, un tipo que sabe  lo que quiere, que no pierde el foco y que le clava a uno sus inmensos ojos claros, casi fuera de sus cuencas, que es como se ve Gyllenhaal con 10 kilos menos. Una exigencia del director que sí es un acto al servicio de la construcción del personaje y no ese gesto externo que tanto le gusta a Hollywood.

IDEAL PARA: a ver si aprende a distinguir al desalmado e inescrupuloso de buenos modales que tiene cerca.

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