Inquietante, tensa, entretenida, envolvente.
Son sólo cinco los capítulos de la primera temporada.
Y digo «sólo» porque esta serie policial y de suspenso es tan adictiva que usted la va a ver de un solo tirón.
Haga cuenta que es un largometraje, en la tradición del mejor «cine negro», ese en que los buenos no son ni tan buenos ni los malos parecen malos.
Una sólida y bien plantada Gillian Anderson («Los archivos secretos X») es la resuelta Superintendenta Stella Gibson, de Scotland Yard, que es enviada a la lluviosa y violenta Belfast (Irlanda del Norte) para hacerse cargo del equipo policial que no ha logrado dar caza a un hábil y escurridizo asesino serial.
Stella es uno de los mejores protagónicos femeninos desde Lisbeth Salander (Noomi Rapace, de la saga «Millenium»).
Esta primera temporada funciona como si fuera la primera parte de una película. Las pesquisas avanzan, ocurren contratiempos, se suceden más crímenes, pero la Superintendenta es aguda, observadora y astuta y está que le pisa los talones al criminal.
Es decir, hay un cierre, pero ¡muero por ver la segunda temporada!
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